Hablamos con Javier López Mansilla alumno de ESCO y autor de “Adán y otros cuentos”


Irene Adarve. Redactora en GD

Javier López Mansilla (alumno de ESCO): “Si nos limitáramos a disfrutar del arte, estaríamos hablando de simple espectáculo”

Javier López Mansilla (Buenos Aires, 1987) es un alumno de ESCO que acaba de publicar su primer libro, “Adán y otros cuentos” promovido por Fundación ESCO. Había publicado antes junto a otros escritores como resultado de los premios del concurso Entrelibros (como finalista en 2008 y ganador en 2010) y ha participado en la antología de relatos del ciclo De mes en cuando (2009). Pero ahora se trata del primer libro enteramente suyo, de principio a fin. Confiesa que el proceso de edición de le ha resultado muy largo. “Para escribirlo me hizo falta escribir otros muchos relatos que tiré, y corregir y perfeccionar los que han sobrevivido, para lo cual hice varios cursos de literatura y de estilo.” A esto hay que añadir que el punto de partida de un relato está en el momento en el que surge la idea, y en ocasiones supone meses el comenzar a darle forma.

Javier recuerda las novelas juveniles de R. L. Stine como aquellas que despertaron su interés por la literatura durante la adolescencia. Más adelante, leyó a autores como Edgar A. Poe, Oscar Wilde, Julio Cortázar, Jack London, el Marqués de Sade o Chéjov, a los que siempre destaca entre sus.

Adán y otros cuentos”

Este libro tiene la peculiaridad de estar editado en formato electrónico, lo que para el autor tiene aspectos positivos y aspectos negativos: “La gran ventaja es la difusión que el libro puede alcanzar, es gratuito y puede llegar con facilidad a todos los hispanohablantes. A pesar de ello, creo que ahora mismo hay deficiencias técnicas que deben mejorarse para que este formato pueda alcanzar todo su potencial”. En cuanto a la polémica cuestión de la posible desaparición del papel, el joven escritor no se incluye en el grupo de los apocalípticos que vaticinan su fin. “No desaparecerá, el papel y el digital son dos formatos diferentes que no tienen por qué ser excluyentes.”

Son muchos los cuentistas consideran que su trabajo está minusvalorado, que frecuentemente se otorga más prestigio a los novelistas. Esto es algo que Javier ratifica, y argumenta así su postura: “La extensión modifica la estructura, no significa solamente poner más o menos palabras. En la literatura no se suman palabras como si tal cosa. Además, la novela tiene un efecto sobre el lector que va ejerciendo a lo largo del tiempo. El cuento se lee en el momento y solo puede golpear una única vez, así que este golpe debe ser muy fuerte”.Los cuentos de este libro funcionan como relatos completamente independientes, solo hay un ligero parecido de estilo que podría ejercer un papel unificador. Son a veces cercanos al realismo (“¡Como Monzón, como Monzón!”) y otras más próximos al surrealismo (“La especialidad”) e incluso en ocasiones se juega con el terror (“Camino de Ronda”). Pero esta es una “cuestión de etiquetas” que el escritor no considera relevante: “Cuando escribo un cuento intento hacerlo lo mejor posible y como el propio cuento me exija, no como me convenga ni como la sociedad me pida que sea.” Pero esto no quiere decir que el trasfondo de los relatos sea escogido de forma arbitraria. “Hay un mensaje detrás de todo lo que escribo. Diría que transmito varias ideas, de modo que surge un universo.” Javier defiende que las obras influyen en quién las lee, por lo que hay una responsabilidad por parte del artista. “Es necesario pensar sobre el arte y dedicarle un tiempo. Si nos limitáramos a disfrutarlo, estaríamos hablando de simple espectáculo.”

Proyectos

En su faceta artística relacionada con el mundo audiovisual, Javier está trabajando el guión de un cortometraje escrito por su compañera Laura Álvarez Cienfuegos. Poco se puede adelantar de esto, salvo que será un cortometraje de terror realizado entre varios alumnos de ESCO.

A largo plazo, el escritor ve muy probable conseguir desarrollar una novela e incluso una obra de teatro, pero esto es algo que tendrá que esperar. De forma más concreta, planea escribir cuentos que ya no tengan un contenido filosófico latente sino manifiesto, que pidan y exijan al lector una reflexión. En esa misma línea, está escribiendo artículos de opinión que pretende llevar a la calle a través de las redes sociales. La intención es poner la literatura al servicio de las exigencias sociales, siempre en base al pensamiento de grandes filósofos o políticos cuyo discurso admira. “Hay que decir cosas de verdad cuando de verdad se necesitan, y considero que éste es el momento.”